Este fin de semana se falló el premio Eloi Gimeno de fotolibro. Organizado por la Asociación Amigos de Eloi Gimeno y patrocinado por la feria Arts Libris y foto Colectania en Barcelona.
En esta primera edición el jurado formado por Irene de Mendoza, Horacio Fernández y Julián Barón deciden otorgar el premio a los libros Graffiti de Antonio Xoubanova y publicado por Ca L’isidret y al libro RAZA de Tono Arias de Dispara.
El premio tiene una dotación económica de 2.000 €, que aportan de forma compartida Foto Colectania y ArtsLibris. Los libros premiados también contarán con la difusión por parte de las tres entidades organizadoras durante este año y se organizará una exposición itinerante con los libros editados por Eloi Gimeno y los libros seleccionados en esta primera edición del concurso.
Acta Jurado premio Eloi Gimeno
Parece que fue ayer, pero ya ha cumplido ocho añitos LIBRO, un modesto manifiesto que también es un ajuste de cuentas con la explosión creativa de los fotolibros españoles, que el tiempo mantiene y se confirma en reuniones festivas como este Arts Libris.
Eloi Gimeno escribe en LIBRO que los fotolibros son un cóctel de espacio, tiempo y ritmo. Una combinación de altos vuelos, capaz de volverse música en manos de ciertos camareros.
Raza es un ejemplo estupendo. Tono Arias ha dedicado muchos días desde 2006 a una cita en la montaña gallega en la que alguna vez luce el sol entre la lluvia. Raza va a ser un clásico, lo tiene todo. Su espacio, verde y azul, está poblado de todos los matices de la piel y del sudor, que salpica blancos, rojos y amarillos admirables. El tiempo se dilata y anima en un sin fin de detalles donde los retratos mandan sobre el paisaje. Luego se apaga lentamente, como un eco lejano, conforme se va acabando. El ritmo es calmado unas veces y enérgico, hasta el paroxismo, otras. Tono se ha parado a pensar, pero también ha bailado como un poseso.
Eloi Gimeno comenta en LIBRO que es conveniente, por no decir obligatorio, trabajar con la improvisación, la desarmonía, los errores o las imperfecciones. También aconseja aprender de los tropiezos.
Graffiti es así. Antonio Xoubanova se ha metido de cabeza en esa apoteosis del narcisismo que cubre casi todas las paredes del planeta. Las firmas y los motes se presentan en fragmentos que se vuelven ilegibles, pura abstracción incoherente mezclada con otros detalles de la experiencia urbana en los que luce poco menos que el Pantoné al completo. Antonio se deja llevar por la intuición, abducido por los caprichos de las líneas menos claras y las gamas cromáticas más disformes. Graffiti es experimentación pura, un ejercicio de voluntad que desordena el caos y no deja en paz al lector, un libro tan ilegible como su tema.
Quizás sean dos libros contradictorios. Desde luego, son muy diferentes. Y no hay ninguna duda de que ambos son más que buenos. Decir cuál de ellos es el mejor es tan complicado como elegir entre papá y mamá.
Dar el primer premio Eloi Gimeno a dos libros tan distintos puede ser considerado una metedura de pata, pero nosotros sospechamos que es bastante posible que nuestro inolvidable amigo nos diera la razón. Al fin y al cabo, él también domaba tipografías y toreaba secuencias sin temor a los tropiezos y jugaba con la tradición y la experimentación como solo saben los maestros.
LOS FINALISTAS DEL PRIMER PREMIO ELOI GIMENO SON:
Antonio Xoubanova, Graffiti
Aleix Plademun – Matter
Blanca Munt Alerta – Mira-Sol
Daniel Mayrit – One of yours
Eneka Fernández – Gran Sol
Jaime Sebastián , 1px/4km
Helena Goñi – Works
Martina I Zanin – made them run away
Mati Marti – Centauro
Meritxell Ahicart – Devilvery
Olmo González – La rendición
Simone Marcolin – Home to home
Toni Amengual – Ornamento
Tono Arias – Raza
Eloi Gimeno
(Barcelona 1982 – 2019), es una figura fundamental para entender la historia del fotolibro en España, el premio que lleva su nombre nace con la voluntad de continuar escribiendo esta historia así como de homenajear a nuestro amigo y mantener viva su memoria y su especial manera de entender la vida y su oficio.
La trayectoria de este artista revitalizó la fotografía española a través de los fotolibros, asumiendo riesgos estéticos, autoeditándose, trabajando con elegancia el diseño de sus libros y poniendo en marcha procesos de creación colectiva.
